Era tan amarilla como podría imaginársele, soñó siempre con vencer la opresión
de los poderosos, creció con ideas liberales habitando una república de alguna
llanura costera, donde las principales fuentes económicas se basaban en el
truque, específicamente de bienes naturales, vendían agua a comunidades
vecinas, árboles gigantes ya en su punto a prados resecos que habían optado por
la industrialización y sobre todo, exportación de capital intelectual,
consultores a los que más valía comprar de tajo, a pagar grandes cantidades en
cada una de sus asesorías individuales.
El reinado de la familia en el poder, desde hace tantos años encumbrada
pasaba los límites del exceso, la familia real pasaba las horas bañando sus
desnudos cuerpos en jarabes de frambuesa, con hielos flotando en rededor, perdices,
pavorreales y auroras boreales gestadas artificialmente por maquinas costosas, quienes
dominaban los números y eran conocedores de la tecnología calculaban que con
los costos de operación por cada día de una de aquellas máquinas podría
combatirse la mancha azul, una gran plaga que azotaba cada año a todo el país,
y que, desde que los Prat se entronaron, habían dejado de investigar, creando
medidas más o menos pasajeras, más para representar que se le combatía que para
realmente hacerlo.
El ver como la más reciente oleada de la mancha azul destruyó a tantos de
su familia y amigos fue lo que la llevó a romper las leyes contra la conspiración,
saltando distintas barreras, tanto literales como figuradas, logró congregarse
con nueve sabios de distintas áreas que liderarían la siguiente revolución.
Un experto en explosivos, dos más en comunicaciones, una mujer sabia en lo concerniente
a la estrategia militar, nombrada llanamente como La Generala, dos hombres más
conocedores del terreno, sobre todo en lo que respecta a fuentes de alimentos y
mantos acuíferos, y dos figuras cercanas a ella, sus incondicionales, encargado
uno de aconsejarle para las decisiones criticas y uno más de protegerla.
La fecha se eligió, se enviaron telegramas y mensajes cifrados por los
canales secretos, el día final de la tiranía de los Prat tenía ya cita en el
calendario, la olla libertaría estaba a punto de ebullición, esperando
solamente la señal de ataque, armados con herramientas, tanto intelectuales
como las fabricadas con hierro y las operadas haciendo uso de la pólvora.
Es la mañana de un 14 de Noviembre de un 1973, no hubo revolución, tampoco
siguió la tiranía, la república en cuestión no existe más, todas y cada una de
las piñas fueron arrancadas de la tierra, los Prat y sus compinches
conservadores descansan ahora en los huacales de un mercado, vendiéndose a tres
por 5 pesos, debajo de ellos, irónicamente, se encuentra también ella, la
extinta líder, junto con el que pudo haber sido su ejercito libertario, todos
tan amarillos, ella un poco más, tanto como Usted pueda imaginársela.
* Al igual que el total de los escritos contenidos en el blog "Letras en Martes" la autoría corresponde a Orfil Erubiel Aguilar Ibarra, cualquier uso en el cual no se cite la fuente original y la autoría será tomada como plagio.
* Al igual que el total de los escritos contenidos en el blog "Letras en Martes" la autoría corresponde a Orfil Erubiel Aguilar Ibarra, cualquier uso en el cual no se cite la fuente original y la autoría será tomada como plagio.
Esas pilas siempre anhelando libertad tratando de alcanzar el azul del cielo con sus hojas en forma de corona y terminando siempre en un mercado si bien les va. Saludos profe
ResponderEliminarComo bien lo dices estimado Juan Ra : "si bien les va" :), ¡un saludo!
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