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viernes, 21 de julio de 2017

“D”, de Doodles y Daiquiris

“D”, de Doodles y Daiquiris
Por Orfil Aguilar

Hoy se celebra, en todo el sentido de la palabra, para los amantes de su obra, el nacimiento del gran Ernesto Hemingway.

Escritor multilaureado, dueño de una impecable prosa y una identidad, presencia, imagen y personalidad avasalladora.

De temperamento intenso y carácter fuerte, variables ambas, que al combinarse, ponen en el plano del mundo al gran emisario de la llamada generación maldita.

Además de muchos puntos, que decido no enunciar, el simple hecho de ser ganador del Nobel en 1954 y la inspiración que para tantas “plumas” brillantes venideras resulto ser, le bastarían para que toda una nación se sintiera orgullosa de él, como pasa en mi México con lo concerniente a Paz, sea o no del agrado lo que a sus letras respecta, lo es, como figura nacional.

En ese país, donde Ernesto nació, existe desde hace años una compañía que es, también, figura mundial, en lo que a tecnologías e información se refiere, posicionado como el buscador líder, tanto es así, que en la cotidianidad de las palabras, es ya del uso común el termino “googlear” para referirse a la tarea de llevar a cabo una búsqueda en la inmensa red de redes.

La vasta obra de Hemingway no es producto de musas descendientes de Baco, que dicho en prosa pura (como esa que amaba Ernesto) significa que su obra no es producto de largos días y noches con una maquina de escribir al frente y cientos de tragos consumidos alrededor, basta darse una vuelta por “Paris era una Fiesta”, para constatar ello, explícitamente recomendaba, y vivía acorde a la recomendación de no embriagarse para escribir, o no escribir embriagado.

Cuando se lee “Por quien doblan las campanas” y “Adiós a las armas” se hace posible conocer el lado humano del escritor, humano en el sentido global de la palabra, a ese que le duele la muerte, la guerra, que ama, que sufre, que es capaz de saber que un para siempre puede tratarse de solo pocos días, sin llegar siquiera a completar la semana; las ideas libertarias y en pro de la autonomía de los pueblos se revelan en los citados libros mientras cuenta la historia de sus personajes, apasionado de los débiles y defensor de las guerrillas, no tanto por su carácter belicoso, sino por saber que las acciones beligerantes emprendidas por grupos humanos son consecuencia de largos historiales de opresión. Por eso no le interesa saber por quien doblaban las campanas (es decir anunciando misa por muerte de alguien), sabedor de que hoy es por uno y mañana será por otro, ni siquiera por el egoísmo y temor de sentirse uno el próximo morador de un ataúd, cuando bien vaya, en las condiciones en la que las guerras de desarrollan.

La figura del genio evolucionó y alcanzó un despertar, tomada por sus coterráneos como rebelión, después de Europa decide partir a Cuba, sabía que ya no le era ambiente propicio y congruente lo que en la atmosfera Estadounidense reinaba.

Allí bebía sus daiquiris en el famoso Floridita, no solo dedicado a echar tragos, hay muchas cosas más que allí realizaba, existen textos y filmes sobre dicha fase de su vida, que si el lector desea puede consultar.

Se hermanó con Cuba y su revolución, con el deseo de libertad y el hartazgo de la opresión, por ello la compañía reina de los buscadores, quizá lo haya olvidado para su doodle de hoy.

Si en México tuviéramos un buscador con la presencia que tiene Google, seguramente todos los 31 de Marzo colocaríamos en la página inicial al autor del “Laberinto de la Soledad”.

Brindemos pues con daiquiris mientras siguen sonando las campanas, a bordo quizá de una pequeña embarcación, con nuestro cuerpo entero y el esqueleto de algún recuerdo, sea este un pez o la figura de un genio de las letras.

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