Seguidores

martes, 16 de junio de 2015

Lluvia y burbujas

La lluvia rodea el acorazado, se desplaza a 30 nudos hacia la costa Norte de un —hasta hace poco— pobre país, en el cual se ha descubierto un yacimiento petrolero en su litoral costero; dicha noticia solo ha sido conocido por los jerarcas del pueblo, dado que, pese a la modernidad que caracteriza a los tiempos actuales, el grueso de la población del pequeño país en cuestión carece incluso de los víveres necesarios cada día en sus improvisadas alacenas de cartón, que decir de Internet o telefonía móvil; los indicadores de desarrollo, por los suelos en décadas anteriores, se pronostican con significativo avance para el lustro venidero, los representantes de las Cámaras celebran el descubrimiento con vino burbujeante, importado exclusivamente para la ocasión, la fiesta Nacional de las capitales, usualmente no lo es así en las provincias; listones de colores, vajillas de materiales exóticos y poco vistos en la nación, lo mismo en las bandejas de bocadillos y en los platillos principales que son servidos en el banquete, entre clérigos, mandatarios nacionales, los congresistas antes señalados y por supuesto el líder absoluto del territorio.

En las colonias populares de la Bahía Azul un niño juega al Criquet con su palomilla, el equipo rival lleva un récord impresionante sobre su grupo, ganando diez de los últimos once juegos; parece ser que la mala racha al fin será rota, teniendo como líder el infante en cuestión, el equipo “local” lleva un ritmo de juego impresionante, la victoria parece cuestión de trámite, basta con finalizar la entrada en curso.

El sol que presumía su brillo excepcional, poco a poco cede paso a las sombras, el juego que estaba por culminar se ve interrumpido, los niños de la Bahía Azul ven acercarse a un enorme barco, muy diferente a las pequeñas embarcaciones a las que están habituados, muchos de ellos por ser hijos de pescadores; a diferencia de las lanchas de sus padres, en las cuales día a día se hacen a la mar en pro de la vida de la comunidad, la gran mole acerada parece ser un artefacto que lleva como encomienda la muerte, los niños lo presienten, y lo corroboran al percatarse de que la barca gigante no está sola, a su lado se hallan otras naves con el mismo diseño y esencia mortal.

En ese país, mientras en la capital, la fiesta de varios días está en su culminación, mientras el presidente ha perdido figura, los representantes espetan diatribas contra la servidumbre y frases de acoso ante las féminas, donde el Champagne y las ostras han sido mezcladas con los guisos tradicionales de la hasta hace poco pobre nación; en ese mismo espacio territorial, existen otros lugares, otras personas, otros usos y costumbres, y todos, absolutamente todos, están a segundos de ser aniquilados, no habrá tiempo para demagogia, para falsas promesas, para sainetes teatrales que hacen oda a la democracia, tampoco habrá un segundo más para ese último out que de la victoria al equipo “local”; la flotilla enviada por alguna gran nación, con un pretexto cualquiera, ha ensamblado ya las armas, no importan las opiniones que se comparten en las asambleas mundiales, ni los tratados de paz, ni la experiencia final que regalan las guerras mundiales, la hermandad y sentido humano desaparecen ante el poder del capital.

-       Marco deja ya esos charcos y métete a la casa que te vas a enfermar.


Ante esto un niño abandona los diez barcos de papel construidos y depositados en los lagos e islas que ha formado la lluvia, debido a ello ha quedado sin conclusión la presente historia, rara por cierto, que solo tiene lugar en el mundo de la imaginación infantil; porque en la vida real, los misiles sí son disparados y las pequeñas naciones se aniquilan al por mayor, más nadie conoce su impacto letal, nadie hace caso; porque cada uno de los gobiernos, tienen sus propias formas para disuadir la atención y callar la consciencia de su pueblo, para de esa manera poder seguir jugando, no con barcos de papel, tampoco al criquet, sino con ostras y licor burbujeante, en pro de la celebración del ascenso a los primeros planos del mundo.